El Instituto Guatemalteco de Turismo, (INGUAT), está trabajando en reforzar a las comunidades del interior con el objetivo de que se conviertan en protagonistas de su propio desarrollo a través de la capacitación y formación de los guías comunitarios y en la promoción turísticas de las mismas.
El fomento que desde las autoridades se está haciendo de su estilo de vida, tradiciones, gastronomía, o de su artesanía hace que estas comunidades se conviertan en un atractivo turístico per se. Si a esta promoción sumamos la labor de capacitación para los guías comunitarios, las instituciones aseveran que los beneficios generados por el sector turístico en su área de influencia se queden y asegurar el crecimiento y desarrollo de las mismas, evitando así el desarraigo.
En palabras de Pablo Duchez Ministro de Turismo de Guatemala, nos estamos cerciorando que los recursos económicos derivados de su trabajo se queden en la misma comunidad en la que habitan, siendo una importante fuente de recursos que permitirá el desarrollo económico.
Según los datos de la sección de Formación Turística del departamento de Fomento de INGUAT en lo que va de año se han formado a 95 personas, frente a las 25 que se formaron en 2013. El objetivo para el 2015 es formar a unas 10 comunidades a nivel nacional, con el objetivo de graduar a 200 personas.
La titulación de Guía Comunitario implica la realización de 5 módulos y se deben acumular 150 horas lectivas, recibiendo los cursos por especialistas en introducción al turismo, calidad en atención turística, aspectos generales de Guatemala y específicos de la comunidad, conducción de grupos y desarrollo personal integral.
Ejemplos de éxito de esta iniciativa son las comunidades del Norte de Petén, tales como Carmelita, Cruce de dos Aguas, o Uaxactún, las cuales se formaron en la atención a los turistas y están capacitados en ofrecerles una experiencia única dentro de la Reserva de la Biosfera Maya.
Al integrar a los pobladores, sus valores sociales, y su cultura, la gestión del turismo cobra un sentido más humano y permite que los beneficios económicos lleguen directamente a las comunidades y se traduzca en desarrollo. Desde el INGUAT aseguran que el aporte de la institución contribuye a personalizar al sector, como fuente generadora de empleo y desarrollo sostenible de las comunidades del área rural.