La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) lamentó los daños producidos por Greenpeace en su intervención en las Líneas de Nasca y expresó su total rechazo a la actitud asumida por la organización ambientalista al no reconocer los perjuicios irreparables ocasionados contra nuestro patrimonio arqueológico y el atropello a las leyes peruanas. De esta manera se sumó a otros gremios del sector turismo que han manifestado públicamente su indignación frente a este hecho.
En declaraciones a Infotur Perú, Jorge Jochamowitz, presidente de Canatur, señaló que los arqueólogos e investigadores que llegaron a la zona afectada han podido corroborar los daños producidos por los activistas de Greenpeace y la destrucción en el contorno de uno de los símbolos más significativos de las Líneas de Nasca, como es el Colibrí.
Sostuvo también que las disculpas difundidas por la ONG resultan insuficientes puesto que no reflejan ningún reconocimiento a los daños ocasionados. “Ellos se disculpan de la manera más simple, creyendo que es suficiente frente a lo que han hecho”, expresó.
“El atropello contra el patrimonio cultural del Perú y de la humanidad es inaceptable, no existen las disculpas del caso. Es increíble que una ONG dedicada a la defensa del medio ambiente destruya nuestro patrimonio arqueológico por razones estrictamente promocionales y publicitarias, por más que el mensaje sea bueno. Ellos deben disculparse no sólo con el Perú sino también con toda la humanidad”, declaró Jochamowitz Rodríguez.
Dijo que la indignación que ha generado este caso es mayor considerando que la agresión proviene de profesionales e instituciones que dicen defender el medio ambiente. “¿O es que la defensa del medio ambiente no incluye también el proteger el patrimonio arqueológico de la humanidad o de un país, en este caso del Perú?”, se preguntó.
“No existe castigo ni penalidad capaz de poder suplir esto y es que el entorno del dibujo más emblemático de las Líneas de Nasca ha sido afectado. Hoy se corre el peligro de que se diga que estas líneas no vienen siendo cuidadas adecuadamente por el país”, manifestó.
Agregó que los activistas de Greenpeace tenían pleno conocimiento de los cuidados que se brinda a zonas vulnerables como las Líneas de Nasca. Pese a ello, buscaron el momento propicio para burlar la seguridad y en medio de la noche ingresar para ejecutar su protesta ambientalista. “Ellos saben cómo vulnerar la seguridad y esto incrementa el delito”, acotó.
SANCIÓN EJEMPLAR
El presidente de Canatur afirmó también que si bien el daño ocasionado en las Líneas de Nasca es irreparable y no hay nada que pueda suplir este atentado, los responsables deben recibir las sanciones correspondientes y a Greenpeace se le debe multar con una penalidad multimillonaria que sirva como ejemplo de lo que no se debe hacer en contra del patrimonio de un país y de la humanidad.
“Muy al margen de las sanciones penales que corresponden, creemos que la ONG debe recibir una multa que sea diez veces mayor al daño ocasionado. Y que este dinero sirva para resarcir de alguna manera el daño, que es de por sí irreparable, a través del fomento y la promoción de la arqueología en Nasca y haciendo inversiones que se necesitan muchísimo, creando museos de sitio y financiando investigaciones”, expresó Jorge Jochamowitz.
Agregó que la multa para Greenpeace debería ser significativa. “Habría que ver los daños, podríamos estar hablando de 100 o 200 millones de dólares”, puntualizó. (Infotur)