El pequeño pedazo de tierra entre India y Sri Lanka tiene los días contados y pondrá en jaque sus aguas, esas que son el refugio de la flora y la fauna en una de las zonas más biodiversas de India, donde viven cerca del 23% de las especies de peces del país, unas 106 especies de cangrejos y más de 400 de moluscos.
La isla, que marca la frontera de la ferozmente protegida Reserva del Golfo de Mannar, cuenta con especies como el delfín y la ballena jorobada. Pero su desaparición no sólo pone en peligro a dichas especies, sino también a la vida de unos 150.000 pescadores, que dependen de los alimentos que puedan encontrar dentro de la reserva.
En los últimos 50 años, la Isla de Vann ha ido desapareciendo gradualmente. A pesar de que en 1986 se creó la Reserva del Golfo de Mannar para proteger las 21 islas que había en dicha región, ahora solo quedan 19. La próxima que podrá desaparecer será Vaan, ya que es la que corre mayores riesgos de convertirse en la siguiente isla en borrarse del mapa.
De hecho, los investigadores señalan que podría quedar sumergida en 2022. La isla pasó de tener 26 hectáreas de territorio en los años 80 a apenas 4,1 hectáreas.
¿Los motivos?
Las razones son varias: la excesiva explotación pesquera, el aumento del nivel de los mares debido al calentamiento global y la extracción de coral, que ahora ha sido prohibida. Para que esta pequeña isla sobreviva —y por ende, las otras que forman parte de la reserva— se tiene que cambiar la forma en que se explotan los recursos naturales en este lugar.
Implementación
En estudios hechos entre 2011 y 2016, Mathews encontró que 24 kilómetros cuadrados de pasto marino habían ya desaparecido en Vaan. Ahora, los científicos saben que recuperar la pradera marina es todo un desafío. Un estudio de la bióloga Michelle Waycott, de la Universidad de Adelaida, en Australia encontró que el pasto marino estaba desapareciendo rápidamente en todo el planeta.
El estudio de Waycott señala que al menos 29% de la pradera marina que existía en el mundo hacia 1879 se había perdido. Pero si las praderas marinas pueden revitalizarse alrededor la isla de Vaan, también podrían servir como depósito de carbono.
«El sembrado y restauración de la hierba marina es una solución para mitigar los efectos del cambio climático y lograr alguna protección en esta frágil región del mundo», explicó Edward J.K. Patterson, director del Instituto de Investigación Suganthi Devadason.
Después de tratar varios métodos de siembra en las zonas que habían sido dañadas —además, mientras el arrecife coralino y la erosión de la isla se deterioraban aún más—, hace poco finalmente se logró un avance concreto.
Se trata de una técnica basada en la trasplantación para restaurar la base de la hierba marina.
Mahalakshmi Bupathy, un investigador especializado en corales blandos, y Arathy Ashok, uno de sus estudiantes y también especialista en corales, se unieron al equipo en 2016.
Ambos son los encargados de bucear hasta el lecho marino de la isla, analizar qué sector necesita más hierba o cuál necesita otro tipo de intervención. Pero no solo eso, también toman muestras de la fauna y la vegetación submarina.