Este 17 noviembre de 2019 se cumplen 30 años desde que triunfó la Revolución de Terciopelo, uno de los momentos claves de la historia de la antigua Checoslovaquia. Para recordar este suceso –y todo lo que supuso el Comunismo–, os invitamos a recorrer la República Checa a través de 10 visitas y eventos básicos que ayudan a comprender el pasado. Campos de trabajo, museos, torres de vigilancia, aduanas y pasos fronterizos componen un puzle tan emocional como reciente.
El fin de la Segunda Guerra Mundial trajo consigo consecuencias permanentes en toda Europa, también en la antigua Checoslovaquia, que desde febrero de 1948 quedó bajo mandato comunista e inmersa en una Guerra Fría, que traería consigo graves consecuencias. El primer atisbo de luz llegó en 1968 con la entrada en el poder de Alexander Dubček, líder del Partido Comunista Checoslovaco, que trató de recuperar las libertades perdidas. Es lo que se llamó la Primavera de Praga, porque eso fue lo que duró. La represión rusa no tardó en llegar: el 20 de agosto de 1968 el terror se había vuelto a instalar en Praga. Sin embargo, la ciudadanía no cejó en su empeño hasta que en 1989 la Revolución de Terciopelo logró la caída del Partido Comunista.
Por qué es una fecha clave el 17 de noviembre de 1989
El 17 de noviembre de 1989, Día del Estudiante, los jóvenes salieron a la calle a protestar y fueron reprimidos por la policía. A partir de ese momento, diversos sectores sociales se fueron sumando a la causa. Cada noche, los praguenses salían a la plaza de San Wenceslao a sonar las llaves como símbolo del fin de una época de doblegamiento. El gobierno, ante la falta de apoyo ruso, optó por la dimisión. De ahí el nombre de la Revolución de Terciopelo, ya que no fue necesaria violencia. Dos días después, se organizó el Foro Cívico que iniciaría la transición y donde participarían figuras tan importantes como Václav Havel y Alexander Dubček. Comenzaba un periodo de cambio y esperanza. Igual de suave fue la separación en 1993 de Checoslovaquia (Chequia y Eslovaquia).
Un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla
Este año, que se cumplen 30 años de la Revolución de Terciopelo, República Checa ha organizado eventos, exposiciones y visitas temáticas que ayudan a superar este período y a brindar por la llegada de la Democracia. Esta inmersión, tan necesaria para entender el alcance de una historia tan cercana, desprende un fuerte componente emocional, ya que se contemplan visitas a campos de trabajo, refugios militares y se detallan persecuciones y espionajes de la policía secreta.
Tras las Huellas del Comunismo en Chequia, un itinerario histórico y humano
1. Museo del Comunismo (Praga)
Este museo, uno de los de visita obligada en Praga, ofrece una panorámica de la era comunista (1948-1989) durante la época checoslovaca. Realiza un retrato de la vida diaria, la política, la historia, la economía, el arte (específicamente, el Socialismo Realista), la propaganda en los medios, las milicias populares, el ejército, la policía secreta y la StB (agencia de inteligencia de Checoslovaquia), la censura, los tribunales, etc. También se incluye información sobre los campos de trabajo de la era Estalinista.
2. Museo de la Guerra Fría (Praga)
Es difícil intuir que bajo el suelo del lujoso hotel Jalta, en la plaza de Wenceslao, exista un antiguo refugio nuclear construido en época comunista para acoger, si se daba el caso, a altos cargos y a otras personas hasta un máximo de 150 durante 2 semanas. Su uso finalmente no fue necesario, pero fue utilizado como sede del Servicio Secreto Checoslovaco (la StB), como una discreta base desde la que realizar investigaciones, interrogatorios, etc. Su ubicación bajo el hotel, a 10 metros exactamente, también les permitía espiar las llamadas de los clientes occidentales del establecimiento. La tecnología empleada, el cableado y algunas recreaciones sitúan al viajero sin dificultad en este lugar.
3. Torre de vigilancia de la policía secreta (Praga)
El campanario de la Catedral de San Nicolás en Malá Strana fue la localización elegida para establecer la torre de vigilancia de la policía política para liquidar a los adversarios del régimen comunista. Para llegar al punto más alto de la misma se han de subir 215 peldaños. Una vez arriba, la panorámica tiene premio porque se puede observar el barrio, donde se ubicaban las embajadas de los países occidentales.
4. Marcha de Terciopelo y otros eventos de interés
El calendario cultural de Praga, que gira bajo el lema de ‘Recordar para no olvidar el año 1989’, cuenta con un interesante programa de actividades. Además de exposiciones, charlas y eventos musicales, merece la pena destacar el ‘Desfile de Terciopelo’, que tendrá lugar el domingo 17 de noviembre a las 15 horas. La elección del día y la hora responde a la manifestación que se produjo hace 30 años. Los organizadores son los estudiantes de la Universidad Carolina de Praga por lo que este encuentro se carga aún más de simbolismo.
La ciudad de Brno también se suma al recuerdo de la época comunista con una exhibición, ‘La cortina de hierro’, en el Museo Técnico de Brno. Se podrá visitar desde el 12 de noviembre de 2019 al 3 de mayo de 2020.
5. El infierno de Jáchymov
El nombre de esta ruta no resulta exagerado cuando se sabe que responde a un itinerario que enlaza campos de trabajo forzado. Entre los años 1949 y 1953, se crearon 18 campos que acogían presos políticos. Recibían el nombre de ‘mukl’ (persona para liquidar), y se les obligaba a trabajar en las minas de uranio. Según datos históricos, hasta 1961 pasaron por allí 65.000 personas, que extrajeron 7.940 toneladas de uranio (en 15 años) y se horadaron galerías que alcanzarían mil kilómetros.
El sendero del infierno tiene una longitud de 8,5 km y se desarrolla en 12 etapas. Comienza frente a la iglesia de San Joaquín, donde hay un monumento a las víctimas del comunismo, y continúa hasta la mina Svornost, los campamentos de Nikolai, el antiguo campo Elijah y la torre Šlikova.
6. Campo de prisioneros de Vojna, en Lešetice
La siguiente visita se encuentra en la población de Lešetice (a una hora de Praga). Aquí también se puede sentir el horror de la época comunista, ya que en el gulag o campo de trabajo de Vojna recluían a disidentes con el régimen hasta 1961. Hay excursiones que salen de Praga.
Lo más aconsejable es hacer la visita guiada que lleva a la torre de vigilancia, celdas de castigo, los barracones y la enfermería; y continuar visitando el Museo de las Víctimas del Comunismo y de la Historia de las Minas de Uranio. En
este espacio, se muestran documentos relacionados con la resistencia anticomunista, casos de persecución y muchos datos sobre la minería de uranio en la zona.
7. Museo de las Fronteras y del Telón de Acero (Nové Hrady)
La protección y vigilancia de las fronteras es el eje central sobre el que gira el Museo al aire libre de Novohradské. Situado cerca de la antigua oficina de aduanas del cruce fronterizo de Nové Hrady y Pyhrabruck, analiza cómo se protegía la frontera durante la Guerra Fría, momento en el que mundo se dividió en dos sistemas económicos y políticos irreconciliables.
La zona exterior, donde se sitúan muestras de alambradas y otros elementos fronterizos, se complementan con exposiciones que divulgan el desarrollo del control fronterizo checo.
8. Siderurgia de Vítkovice (Ostrava)
Otro elemento singular, integrado en esta ruta, es la antigua fábrica siderúrgica de Vítkovice. Orgullo del régimen comunista, se encuentra situada en Norte de Moravia, en Ostrava. Su imagen, formada por un increíble laberinto de torres de hierro, puentes de transportes y grandes tubos, parece extraída de una película de ciencia ficción. Desde su torre más alta, la panorámica de este gran ejemplo de arquitectura industrial, es absolutamente grandiosa.
Ruta en bicicleta del Telón de Acero
Los aficionados a la bicicleta y a la historia tienen la oportunidad de unir ambas pasiones recorriendo el EuroVelo 13, el itinerario histórico del Telón de Acero que establecía las fronteras entre la Europa del Este y del Oeste. En este recorrido se pueden observar torres de vigilancia, bunkers construidos en la 2ª Guerra Mundial y museos como el del Telón de Acero (Valtice), donde se narra la historia de la guardia fronteriza y el importante papel que representó entre 1951 y 1989, un periodo con un estricto control de las zonas interestatales. Situado, además, en un edificio de la antigua aduana, es el único del país dedicado a esta temática.
Museo Škoda (Mladá Boleslav)
Puede resultar extraño incluir este museo en una ruta histórica, pero está totalmente justificado. Este museo, situado en la fábrica automovilística Škoda, muestra una amplia colección de coches históricos y un documental sobre una compañía que fue fundada en 1957. Basta leer los rótulos de cada modelo para conocer anécdotas como la del Škoda Felicia del que los americanos se enamoraron y encargaron 15.000 unidades, algo que el gobierno comunista no permitió al ser considerado “el enemigo”. Se les entregaron, únicamente, 408 vehículos.