(Paul Monzón).-A mediados de agosto del año pasado tuve el placer de visitar Honduras y realizar un amplio reportaje sobe los atractivos turísticos de este hermoso país centroamericano.
La paradisíaca isla de Roatán, Islas de la Bahía, fue la última parada de un intenso «Road trip» de siete días atravesando el país, viaje que me permitió conocer San Pedro Sula, la colonial ciudad de Gracias Lempira; y Copán, cuna de la civilización Maya.
Entre las diversas actividades que realicé en la isla, tuve la oportunidad de realizar una pequeña excursión a Little French Key, un espectacular e idílico complejo turístico.
En esta pequeña isla-resort que más parecía un plató de cine, podías contratar excursiones diarias en crucero, así como estancias de una noche o prolongadas en su Bed & Breakfast.
También podías pasear a caballo, practicar snorkel, recibir masajes, lanzarte desde una tirolesa, alquilar motos acuáticas o cenar en sus terrazas alrededor de un mar calmo, turquesa. Fue una muy grata experiencia que aún atesoro en mis recuerdos.
Infierno en el Paraíso
El pasado lunes me enteré que un día antes, domingo 26 de agosto, Little French Key había sido devorado por las llamas. El fuego había arrasado con todo. Incluso con un zoológico. ¿Eh? ¿Pero qué hacía un zoológico allí?
Según información de medios hondureños, el dueño del centro turístico había montado un circo en el pequeño cayo que aglutinaba un sin fin de especies de animales silvestres en cautiverio, entre mamíferos y aves. ¡Incluso un jaguar!
Pero, ¿qué hacían estos animales en medio del Caribe hondureño?
Para más inri, trascendió que el complejo turístico operaba de manera ilegal. Y el zoológico también.
La destrucción de Little French Key, que en este caso no dejó heridos ni muertos, pero sí cuantiosas pérdidas y una mala noticia para el turismo receptivo de Honduras, ha provocado que se destapen los despropósitos, negligencias, incluso negociados en torno a este centro turístico.
Es importante mencionar que, a pesar de las alarmantes noticias vertidas por diferentes medios de comunicación, la isla de Roatán no ha sufrido ninguna incidencia. El turismo receptivo e interno no se ha resentido. Todo continúa como siempre, salvo en esa pequeña isla-resort que era una de las múltiples opciones de visita.
A fecha de hoy, aún no se saben todos los pormenores del incendio, tampoco quién o quiénes estuvieron detrás, o si fue accidental. Pero el gobierno hondureño ya ha tomado medidas e investiga el caso.