A solo dos horas de casa te espera un archipiélago de bancos de arena blanquísima que emergen con una marea de aguas cristalinas. ¡Son Las Maldivas portuguesas!

Vida en calma, naturaleza salvaje y desconexión inmediata. A 15 minutos en barco del siempre encantador Olhão (la ciudad cubista del Algarve) te espera Ilha de Armona, la razón que te hará regresar al sur de Portugal.
A tan solo dos horas de España hay un paraíso que nadie se espera rodeado de naturaleza salvaje e inhóspita, de esa típica de lugares remotos a orillas del Índico. Se llama Ilha de Armona y es uno de los rincones más impresionantes del siempre apetecible Algarve. Desde el aire, deja sin aliento a quien se atreve a acercarse hasta aquí con sus islas de arenas radiantes rodeadas de aguas de un abanico infinito de azules. Camaleones tomando el sol y peces que nadan en la orilla. ‘Las Maldivas portuguesas’ te esperan a la vuelta de la esquina.
Un paraíso de aguas claras y arenales donde toman el sol los camaleones ¡Existe en el Algarve!
A tan solo 15 minutos en barco (ferry o taxi acuático) de la encantadora localidad pesquera de Olhão emerge esta inesperada isla de aguas poco profundas e indiscutiblemente paradisíacas en las que resulta inevitable animarse a bucear, a navegar a vela, a practicar el windsurf o pasear en kayak entre peces que llegan a la orilla y camaleones que toman el sol tranquilamente. Llegar a Ilha de Armona es detener el tiempo en la calma, los paseos de pies descalzos, la comida que sabe a mar y a huerta y el sol que te dora la piel sin prisa.
Situada en el Parque Natural de la Ría Formosa, Armona y las pequeñas islas que la salpican son un despliegue de instantáneas inesperadas, luz increíble y una serenidad que solo se espera en archipiélagos remotos. Desconectar del bullicio una vez puesto un pie en este lugar resulta casi automático, pues si hay algo que define a Armona es su carácter desenfadado, pausado y encantadoramente portugués. Un destino exclusivo a un par de horas de casa en el que contagiarse por unos días del ritmo relajado al que se vive en esta belleza de lugar.
Sin embargo, nada fluye por casualidad en ‘Las Maldivas portuguesas’, pues para respetar precisamente esa tranquilidad que tanto se persigue en el verano algarvío, la isla se ha dispuesto para ofrecer todas las comodidades sin interrumpir la calma a la orilla del mar. Por esta razón, esos acogedores restaurantes que tanto definen al Algarve o esas pequeñas tiendas en las que hacerse con los mejores accesorios del verano se extienden al lado de la isla, lejos de la playa, dejando los bancos de arena blanca que emergen al antojo de las mareas al margen del trasiego inevitable que surge con el mercado. ¡El paraíso!
El entorno lo dibujan caminos de arena que se van dibujando con el viento, casas de una sola altura y un mar que lo envuelve todo de belleza. El turismo no se ha atrevido a romper el hechizo y para pasar la noche aquí las opciones son casas en alquiler y un camping.
Olhão: la ciudad cubista del Algarve de siempre
Al otro lado del agua cristalina, tras una breve travesía en barco, late la pintoresca Olhão. Este antiguo pueblo de pescadores, que aún vive con la mirada puesta en el mar como sustento, es una parada perfecta para tomar el pulso al verdadero Algarve. Puertas color turquesa, flores de colores y vida en calma junto al mayor puerto pesquero de la región.
Perderse entre sus calles empedradas y sentarse a degustar cualquiera de las recetas que rinde homenaje a sus pescados y mariscos frescos es estar de vacaciones y apreciar cada detalle de la riqueza patrimonial del sur de Portugal. Unas huevas de pulpo secas o un bocado de corvina serán el mejor aperitivo de tu vida. Y no es broma. La arquitectura popular, las plazas, las artesanías… o pasar una mañana en el mercado de Olhão, situado en un edificio de inspiración árabe, es empaparse de los sabores y los olores algarvíos, por no hablar de que probarás los mejores dulces. Observar los rincones de su precioso barrio de pescadores es entender los característicos tejados planos de sus casas, unas azoteas que le han dado el nombre de ‘Ciudad Cubista del Algarve’.
Sin peajes desde Huelva
La A22 (o Vía do Infante) es la autopista que recorre el Algarve de este a oeste, desde la frontera con España (por la provincia de Huelva, desde el Puente del Guadiana) y las localidades portuguesas de Castro Marim y Vila Real de Santo António hasta Lagos; y, a pesar de que desde principios de 2025 está exenta de peajes, siguen existiendo carteles informativos que pueden inducir a error a los conductores españoles. Estas señales aconsejan adherirse al sistema Easytoll, lo cual ya no es necesario. La A22 es ahora una autopista sin peajes.
El sistema Easytoll sigue activo, pero sólo es necesario para aquellos vehículos con matrícula no portuguesa que deseen circular después por otras autopistas con peaje en Portugal, como por ejemplo la A2, que conecta el Algarve con Lisboa. Adherirse al sistema Easytoll es sencillo y puede hacerse online (www.portugaltolls.com) o presencialmente (tras cruzar el Puente del Guadiana) y tiene una validez de 30 días.

